Pelayo de la Mata, actual marqués de Vargas es la 4ª generación de la familia que se dedica a la elaboración de vinos de gran calidad. El grupo, además de distribuir destilados mayormente Premium tiene en propiedad tres bodegas una La Rioja, otra en la Ribera del Duero y finalmente la tercera en la subzona Condado do Tea en las Rías Baixas.
Esta última fue adquirida en el año 2003 y desde entonces ha sido sometida a profundas restauraciones en sus dos edificios, asi como en las treinta hectáreas de viñedos, que a modo de chateau conforman este interesante proyecto bodeguero.
Para una finca que a lo largo de los tiempos ha sufrido numerosas transformaciones y que incluso en su día fue una explotación de kiwis y otras frutas. Pelayo de la Mata fichó a Cristina Mantilla. Una de las que mejor conocen la viticultura gallega como directora técnica. Paralelamente se inició una profunda restauración del pazo y de la capilla que datan del siglo XVI, además de una espléndida nave de elaboración en donde antes servía para guardar los aperos del campo.
Pelayo de la Mata quería hacer un gran vino de las Rías Baixas y ahora puede presumir de haberlo conseguido. Sus etiquetas Pazo San Mauro y Sanamaro son dos referencias imprescindibles a la hora de agrupar los grandes vinos de la D.O. Rías Baixas.
La bodega se encuentra en una zona privilegiada del Condado do Tea rodeada de una preciosa pinada por su lado norte y al sur el río Miño, que separa la propiedad con Portugal y que permite admirar un paisaje único.
Cristina Mantilla esta realizando un espléndido trabajo. El mimo al viñedo y el respeto al terruño son una de las razones fundamentales para que sus vinos tengan ese elemento diferenciador, que los distancia de otros de la zona.
