Esta iniciativa pone en valor el viejo oficio del tonelero, por cierto muy arraigado en la comarca de Jerez y de gran trascendencia en la calidad futura de los vinos y brandies de esta tierra.
El viaje comienza explorando el camino que realiza el roble desde los bosques de Missouri en los Estados Unidos hasta que llega al secadero de la tonelería de Jerez para iniciar la fase de secado, alzado, batida, tostado y demás proceso hasta la conclusión final: Barricas y botas de González Byass.