El otro día almorzando en un chiringuito de playa pero dentro de un hotel de cinco estrellas, observando las mesas de mi alrededor me di cuenta con cierta satisfacción que en muchas de ellas se procesaba el culto al vino. Además, alguno de ellos nada barato. También es cierto, que el blanco predominaba ostensiblemente sobre el tinto y en una mesa el rosado hizo su aparición.
No seré yo quien niegue que en los establecimientos en donde las clases más pudientes están presentes, suele ser habitual encontrar tan grata satisfacción, pero en los chiringuitos playeros rosaditos y blanquitos, además de sangrías varias se consumen muchísimo y señores: “todo vino es y detrás de ellos se esconde una bodega”.
Si deambulas por la costa, no descubro nada nuevo si afirmo que en los chiringuitos se suele pedir vinos por regla general del año y a ser posible sin mucha complejidad, o sea “incomplejo” y la pregunta que siempre me hago sale a colación. ¿Para que un vino esté considerado es necesario que sea complejo? ¿Un vino fresco, afrutado, donde la ausencia de maquillajes de fermentación, barricas, lías, etc, no puede ser un estupendo vino?
La respuesta la suelen tener los consumidores y los datos son elocuentes. Los vinos más demandados en España suelen ser incomplejo.
También es cierto que en esos vinos poco expresivos, pero ricos precisamente por su sencillez, el precio es bastante inferior frente a los complejos en donde la labor del enólogo es fundamental.
La moraleja de todo esto es que ambos conceptos subsisten muy bien juntos. Que cada uno tiene su espacio y su momento. En un chiringuito de playa un vino joven es una delicia junto a un espeto o cualquier producto a la plancha y ensaladas, mientras que un vino ciertamente elaborado, cuidado con mimo y buscando la trazabilidad perfecta en una cena dentro de un restaurante con aire acondicionado, mantel de tela y a ser posible un centro de mesa elegante es lo que se demanda.
Volviendo a lo de antes. Lo importante es que todo vino es y detrás de cada uno de ellos está el trabajo de un bodeguero y su equipo.
Durante esta semana he tenido la oportunidad de catar vinos complejos y no complejos. Algunos de ellos de lo más curioso y de entre todos destacaría los siguientes:
– Ibizkus rosado 2016, Vino de la Tierra Ibiza
– Botani garnacha 2013, D.O. Málaga
– Emina crianza 2013, D.O. Ribera Duero
– Marco Real reserva de familia 2009, D.O. Navarra
– Peique viñedos viejos 2011, D.O. Bierzo
3055 JEAN LEON ROSADO 2016
D.O. Penedés
Variedad de uva: 100% Pinot Noir
Bodegas Jean Leon (Familia Torres)
Precio en vinotecas sobre 11 euros
El Penedés se ha convertido en un campo de experimentación vitivinícola impresionante y uno de los artífices de este hecho es el trabajo que viene desempeñando la familia Torres por recuperar viñedos autóctonos de la zona y alrededores.
Este trabajo ingente es posible gracias a su compromiso con su tierra, como en su día lo fue al comprar esta bodega y así continuar con el legado de Ángel Ceferino (Jean León).
3055 Jean León rosado 2016 se elabora con uvas ecológicas en donde el viñedo se encuentra a más de 600 metros de altitud. El proceso de fermentación a temperatura controlada de 15º en depósitos de acero inoxidable durante 15/20 días y una breve maceración con su hollejo durante 12 horas hacen de este rosado una propuesta perfecta para este verano.
Nosotros lo hicimos con un arroz de bogavantes y unos trozos de pan con tomate y jamón.
TRUS RESERVA 2011
D.O. Ribera Duero
Variedad de uva: 100% Tinta Fino
Bodegas Trus (Grupo Palacios Vinoteca)
Precio en vinotecas sobre 23 euros
Trus reserva 2011 es el vino de alta gama de esta bodega y marca uno de los caminos de la modernidad, que deberían seguir los nuevos vinos de la Ribera Duero sin perder la identidad de la comarca vitivinícola.
Tierra, roble, uva y sol, anacrónimo de Trus refleja la verdadera esencia de sus vinos. Solo falta la ayuda de su enólogo, Juan Carlos Martinez, que utiliza la madera en todos los procesos de elaboración de estos vinos. Desde el encubado en tinas hasta su crianza en barricas de roble francés.
En tan pocos años Trus reserva se ha posicionado como un vino de referencia de la D.O. Ribera Duero, gracias al esfuerzo de la propiedad y del enólogo.
En esta ocasión y en pleno verano hemos disfrutado de este vino en una cena en donde este vino armonizó con un solomillo al whisky y unos entrantes de chacina de la Sierra de Gredos.
FINCA VALPIEDRA RESERVA 2010
D.O. Rioja
Variedad de uva: 94% Tempranillo, 3% Mazuelo y 3% Graciano
Bodegas Valpiedra (Familia Martínez Bujanda)
Precio en vinotecas sobre 21 euros
Como ven una semana intensa de verano disfrutando de estupendos tintos de distintas denominaciones de origen y que me reafirma en defender estos vinazos incluso durante épocas de mucho calor.
Finca Valpiedra reserva 2010 es un vino exclusivo, fruto de una selección de uvas de las terrazas más altas de Finca Valpiedra, que dispone de 80 hectáreas de viñedos en propiedad.
Otro vino que representa la modernidad de Rioja sin perder la identidad de la comarca y que a día de hoy también simboliza lo mejor de esta comarca.
Detrás de una sobria etiqueta, pero muy significativa, se esconde un vinazo, que por cierto es la única bodega de La Rioja que pertenece a la asociación de Grandes Pagos de España.
GARNATXA DE CÉRVOLES 2015
D.O. Costers del Segre
Variedad de uva: 100% Garnacha de viñas de montaña
Bodegas Cérvoles
Precio en vinotecas sobre 14 euros
Este vino rinde homenaje a la garnacha, variedad autóctona de la D.O. Costers del Segre y se encuentra situada en La Pobla de Cérvoles (Les Garrigues), uno de los lugares más bellos de esta comarca vitivinícola.
Tomás Cusiné, empresario y enólogo de esta bodega ha querido elaborar vinos ecológicos en sus 32 hectáreas de viñedos plantados hace más de 70 años.
Como se observará las producciones son muy cortas, pero de una calidad excelente. Gracias a su agencia de comunicación he podido catar este vino y sinceramente, he de confesar que para las garnachas hay vida detrás de Aragón (Calatayud, Campo de Borja y Cariñena). En Costers del Segre se encuentra uno de sus paraísos y en Celler Cérvoles encontramos esta joyita.
PX ELIO BERHANYERD
D.O. Montilla Moriles
Variedad de uva: 100% Pedro Ximénez
Bodegas Delgado
Precio en vinotecas sobre 35 euros
Una maravilla de vino que da nombre uno de los grandes modistos que ha dado este país. Por cierto, de Córdoba.En nariz, recuerdos a frutas confitadas, pasas y dátiles nos transportan a la Andalucía Califal en donde cuentan que se permitía el consumo de los vinos dulces de Córdoba para uso medicinal.
Elio Berhanyer PX es un “elixir”, que se puede disfrutar solo, ligeramente frío o armonizando cualquier tipo de tarta, no cítrica y dulces en general.
R.G.Q.