Como cada año, al concluir el estío, Antonio Flores, enólogo de González Byass, se ha adentrado en la bodega jerezana y este año con la ayuda de Pedro Ballesteros (Master of Wine) han seleccionado aquellas botas marcando con una tiza en las que, a su entender, el vigor de la ‘flor’ ha otorgado los matices más elegantes para clasificar con una, dos, tres y cuatro Palmas.
Las Palmas se aplican a aquellos vinos finos de Jerez, que se distinguen notablemente por su limpieza, finura y delicadeza en el aroma y el número de palma es proporcional a su grado de vejez. Un concepto que se lleva realizando desde el año 1880.