En un marco tan apropiado como es el museo de Bodegas Antonio Muñoz en pleno corazón de la Axarquía malagueña como es Moclinejo (Málaga) tuvimos la oportunidad de conocer los nuevos Málaga Dulce, Pajarete, Seco Trasañejo y Pedro Ximénez de la bodega, lo que, paradójicamente, resulta que son una forma de recuperar las tendencias de toda la vida de los vinos malagueños.
Una colección vintage dentro de unas botellas muy bien vestidas y como nos decía Ignacio y Juan Muñoz “hemos querido con estos vinos reflejar toda la sabiduría y experiencia de nuestros antecesores y que tantas satisfacciones nos han dado”. Curiosamente, en el acto se encontraba en un rinconcito de la bodega museo el padre de Juan y Antonio Muñoz. Una persona que refleja la historia viva de los vinos de Málaga y que aún recuerdo hace ya más de 30 años, cuando le conocí trabajando con una embotelladora manual y pegando también manualmente las pegatinas de uno de los vinos que elaboraba y que se llamaba ‘El Cenachero’. Un producto demandado por los turistas que nos visitaban. Luego en la taberna que tenía en la mitad del pueblo podíamos degustar esos vinos únicos, entrañables y que ahora sus hijos y nietos han querido recuperar.
R.G.Q.