Cuando caminando empiezas por la parte de abajo, por la Avda. Viscaya, a entrar en el Barrio de la estación de Haro, lo primero que te encuentras es la Torre Muga y un viejo tren restaurado, que está para embellecer el entorno. Curiosamente, ambas “piezas” resúmen la esencia de estas siete bodegas que configuran el barrio. Por un lado, la modernidad. Torre Muga es un espacio emblemático de Bodega Muga, que se inauguró en el año 2008 y fué diseñada por el prestigioso arquitecto Iñaki Aspiazu. Un ejemplo, de lo que la tercera generación de la familia Muga quiere reflejar en sus vinos, pero por otro lado está ese tren, que simboliza el inicio de la revolución de los vinos de Rioja, cuando los comerciantes franceses venían a estas tierras en busca de estos vinos. Tradición y modernidad, que se funden y cohabitan en los vinos de esta gran bodega riojana, como es Muga.
Curiosamente, cada piedra, cada rincón del Barrio de la Estación de Haro, para aquellos que amamos el vino y veneramos el trabajo de estas gentes y sus generaciones anteriores, esa percepción, lo vas sintiendo continuamente. Modernidad y tradición al mismo tiempo, en el mismo renglón de cada partitura.
Bodega Muga fue fundada en 1932 por el matrimonio Isaac Muga y Aurora Caño. Abuelos de esta tercera generación, que dirime los designios actuales de la bodega. Sus inicios fueron en una bodega subterránea, pero en 1968 se trasladan a un precioso caserón del siglo XIX en el barrio de la estación. Desgraciadamente, Isaac fallece ese año, pero sus hijos Manuel e Isaac Muga supieron continuar el legado de su progenitor y lo mismo sucede con Manu, Juan, Jorge e Isaac, la tercera generación de la familia y responsables de lo que es hoy en día Bodega Muga.
Muga posee 250 hectáreas de viñedo, mayormente en las faldas de los Montes Obarenes en plena Rioja Alta, además controla 150 hectáreas más. Variedades de uva como la Tempranillo, Mazuelo, Graciano, Viura y Malvasía se desarrollan en estas tierras arcilloso/calcáreo para que después de la vendimia, recalar en las 14.000 barricas y 200 depósitos de roble, una vez iniciado el proceso de vinificación. Aqui, en las barricas nos tenemos que detener, porque en Muga un equipo de toneleros pertenecientes a la bodega construyen cerca de 2.000 barricas al año, lo que supone el 15% de sus necesidades reales, pero que demuestran esa fusión tradición/modernidad, que antes mencionábamos. Lo mismo sucede con el sistema de clarificación del tinto, que se realiza de la manera más tradicional. Eso es, con la clara de huevo y se necesitan aproximadamente 400 huevos por 15.000 litros de vinos. Un sistema por cierto bastante caro, pero que imprime en sus vinos cirtas sensaciones aterciopeladas.
Por cierto, los restos de las claras, junto con las impurezas del vino que arrastra al fondo del tino, se mezclan luego con estiércol y se transforman en un estupendo compost para el viñedo.
Esta inquieta bodega, dirigida por cuatro inquietos hermanos, han posicionado sus vinos en más de 50 países, pero en este camino hacia la demanda de los nuevos consumidores y exigencias del mercado en el año 1991 marcaron una nueva línea de vinos, y nace el primer Torre Muga, un vino que alcanzó su mayoría de edad con la añada del 94 y que configura con sus hermanos Muga tinto crianza, reserva y gran reserva, Muga blanco y rosado los pilares fundamentales de las marcas, que están en el mercado y que lo complementa Flor de Muga rosado, los cavas Conde de Haro y Conde de Haro brut rosé más los vinos de autor Prado Enea y Aro.
Bodega Muga
Avda. Vizcaya nº 2
Barrio de la Estación
26200 Haro (La Rioja)
R.G.Q.