La Guerra de Secesión norteamericana obligó a la familia McIlhenny a emigrar y una vez terminada la contienda volvieron y encontraron sus tierras llenas de chiles rojos, que brotaron con prominencia. Así, en 1868, Edmund empezó a experimentar para la elaboración de una salsa picante y tras varias pruebas, amigos y alegados celebraron con una fórmula,
que le animaron a que lo comercializara. Dos años más tarde ya se exportaba a Europa. Actualmente la Salsa Tabasco se comercializa en más de 160 países y está etiquetada en 22 idiomas.
Paul McIlhenny, descendiente directo de Edmund, es la persona que preside esta multinacional, que celebra este año su 150 Aniversario, a la que ha etiquetado una edición limitada, que está hecha con la mejor selección de chiles de Avery Island, lugar en donde Edmund plantó sus primeras semillas. Un chile elegido en base a su color, textura y consistencia, triturados con una pizca de sal y envejecidos (alrededor de 15 años), para finalmente mezclarlo con vinagre de vino blanco espumoso.