Rioja siempre se ha distinguido por su carácter pionero, desde que en 1924, los precursores de la Denominación de Origen demandaron a las autoridades públicas una forma de poder diferenciar sus vinos en el mercado. Fué entonces, cuando por primera vez en España, y unos años antes de que se reconocieran las primeras Denominaciones de Origen, se aprobó un sello, que permitía identificar los vinos de Rioja y el control de los mismos, para lo cual se delimitó su zona de producción, se configuró su primer Consejo Regulador y se
Tras casi cien años de andadura, el BOE publica el reconocimiento por parte del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación de los primeros 84 “Viñedos Singulares”.
Esta evolución de la certificación, que comenzaba el siglo pasado identificando aquellos vinos procedentes de la Denominación llega ahora, a concretar la trazabilidad hasta
Es también destacable, que el vino será evaluado dos veces recién se haya elaborado, y justo antes de su comercialización, siendo que en este momento debería ser considerado “excelente” por la mayoría de los catadores, que lo evalúen.
Las contraetiquetas que garantizarán estos vinos incluirán la mención “Viñedos Singulares”, que permitirá que los consumidores sepan, que todas las características descritas están certificadas por el Consejo Regulador.