SALMOS 2018, D.O.Q. PRIORAT

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Familia Torres siempre en casi todas sus elaboraciones ha querido rendir homenaje a aquellas personas, que gracias a su trabajo, esfuerzo y pasión por el vino nos han transmitido un legado, que a día de hoy perdura, y en muchos casos como es Salmos 2018, D.O.Q. Priorat es todo un ejemplo de excelencia.

En el año 1195 los monjes cartujanos de Escaladei plantaron las primeras vides en el Priorat. Paraje dispuesto sobre suelos pizarroso (licorella), sujeto a temperaturas extremas entre el día y la noche lo que imprime más autenticidad y frescura a esas reconocidas Garnachas Tintas y Cariñenas, que tanto prestigio han dado a los vinos acogidos a la denominación de origen qalificat del Priorat.

Pasado un poco más de 800 años de esta incursión mística, Familia Torres plantó unos viñedos en  el paraje escarpado de La Giberga. Viñedos dispuesto en terrazas sobre suelos de piedra licorella, de drenaje rápido y baja retención de agua dando uvas con mucha intensidad y cuerpo. Además de equilibrio y personalidad. Todo ello atributos indiscutible de Salmos 2018.

Esta singularidad del Priorat: clima, orografía y geología junto a su historia ligada al vino tal vez fuera los atributos necesarios para que Familia Torres se estableciera en estas tierras encargando posteriormente al arquitecto Miquel Espinet la construcción de su bodega.

No podíamos entrar en definir nuestras sensaciones a la hora de catar este vino sin antes situarnos en el marco histórico en donde se desenvuelve. Ahora ante nosotros en un día especialmente frío nos encontramos con esta botella de Salmos 2018 de Familia Torres.

Botella vestida de una manera elegante, marca de la “casa”, fondo blanco sobre impresiones en gris reflejando exclusivamente la información imprescindible, que tiene que aportar un vino en donde lo importante es su contenido.

De estas tierras abruptas y con el trabajo del enólogo Joseph Sabarich y su equipo para Salmos 2018 se ha realizado un coupage de 40% Garnacha Tinta, 30% Cariñena y 30% Syrah. De color rojo intenso de capa alta, en nariz nos viene aromas minerales típico de la variedad y terruño. Confitura, notas pasas y ciertos recuerdos torrefactos muy agradable.

En boca se expresa muy bien los taninos dulces sobre todo de la Garnacha Tinta. Es persistente, sabroso y estructurado. De una personalidad embriagadora. Vamos un “vinazo” dispuesto para armonizar con platos de caza, asados, guisos contundentes y por qué no con sopas de legumbres como alubias, lentejas o un cocido montañés.

Salmos 2018 tiene equilibrio. Redondo en su concepción está indicado para el disfrute de aquellos aficionados que buscan una expresividad importante en el vino.

Su precio ronda sobre los 25 euros. Preferentemente para compartir con amigos en una mesa slow food, sobremesa incluído porque con un poco de queso y embutido de postre se termina la botella si aún queda algo.

 

Ricardo G.

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