La historia del cacao Atamán bien podría ser el guion de una novela de misterio. Una marca registrada en 1943, una Bota abandonada desde la década de los 70 del siglo pasado, un líquido que se va evaporando y concentrando a la vez, una receta perdida, un investigador (Armando Guerra), que después de cuarenta años, se decide embotellar el resultado del paso del tiempo y el Celler Can Roca, que reformulan la composición secreta.
El nuevo licor, obra de Esperit Roca, el atelier de licores de Celler Can Roca, se cría desde hace un año aprovechando la antigua barrica, que ha sido vaciada completamente. El viejo cacao ha sido embotellado con una nueva edición de “Bota Única” de Bodegas Barbadillo. Uno de los mejores secretos guardados de los cascos bodegueros del Barrio Alto sanluqueño. Su PVP se sitúa en los 95 euros.