El trabajo que la familia Pujol-Busquets viene desarrollando desde la fundación de la bodega en 1991 está caracterizado por el compromiso ecológico de sus viñedos situados en Serra de Mar a tan solo 10 km. de Barcelona. Cariño, finura, elegancia, así como un respeto medioambiental han hecho que sus cavas, como sus otros tipos de vino sean objeto de culto e incluso admiración por parte de una gran parte de aficionados y prescriptores en los que me incluyo.
En nuestra mesa de cata tenemos Laitá Gran Reserva 2019, el icónico cava tanto por su singular diseño, que rinde tributo a la historia vinícola de Alella recordando la forma de las botellas en que comercializaba antiguamente el vino en esta región, como por su contenido. Un cava elegante, con estructura, personalidad y con el sello Elaborador Integral del Consejo Regulador.
Este feliz alumbramiento nace en viñedos de las variedades Pansa Blanca (Xarel.Lo), Chardonnay y Pinot Noir 100 % ecológicos. Vendimia manual, doble mesa de selección y crianza de al menos 36 meses.
De color amarillo pajizo. Finas burbujas coronan la copa. Fruta blanca, dulces almendras marconas, notas herbáceas y bollería asoman con intensidad en nariz. Ya en boca es untuoso, persistente, con una excelente acidez y una vez más la fruta marca una de sus grandes características.
Un mayestático cava que parte del corazón y excelencia de esta bodega. Decían que “si algo es placentero tiene que ser además pecado. Pues con Laitá Gran Reserva 2019 se peca más de una botella”.
22 euros es el precio recomendado de este icónico cava. No hablamos de su maridaje porque cualquier hora y con cualquier plato se le puede enfrentar.
Nos gusta escribir sobre la excelencia. Laitá Gran Reserva 2019 es emoción, sentimientos y mucho placer. Lo dicho “se puede pecar más de una botella. Se lo merece, nos lo merecemos.
Ricardo G.
