Valdelosfrailes crianza 2017 es como esas partituras perfectamente acompasada y estructurada. Pura armonía de sabores y sensaciones configurado para el disfrute. Un vino 100 % Tempranillo con un componente de nostalgia y recuerdos de su precursor, el empresario y enólogo Carlos Moro, pues en su infancia estas tierras dieron lugar a su pasión y compromiso con el mundo del vino, pues con relativa frecuencia paseaba y observaba el trabajo de sus parientes en sus viñedos del lugar.
Tierra de claretes Carlos junto con otros bodegueros visionaron, que también pudiera ser zona para elaborar grandes tintos de crianza y hoy en nuestra mesa de cata podemos constatar el estupendo trabajo realizado por el enólogo de la bodega Félix A. González Jiménez, su equipo y la supervisión personal del propio Carlos Moro.
Parcelas de gran estrés hídrico en verano, que permite una gran concentración de azúcares y alcohol son los propios enólogos los que con estas notas armonizan y estructuran un tinto con personalidad con ciertos toques minerales que genera afición y “adicción”.
Tras doce meses de crianza cuyas uvas surgen de viñedos de más de 20 años Valdelosfrailes Crianza 2017 tiene un color rubí con un ligero ribete violeta. Amplio y frutal en nariz en donde nos vienen recuerdos a arándanos, grosella y mora con cierto toque torrefacto.
En boca es sedoso, amable, persistente, fresco y con buena acidez persistiendo ese fondo mineral tan característico de los buenos tintos de Cigales.
Vestido con una clásica etiqueta elegante, Valdelosfrailes Crianza 2017 armoniza bien en los aperitivos, sopa de legumbres y carne roja, como una gorda hamburguesa de vacuno.
Su precio, sobre los 11 euros lo hace más atractivo aún, como su versatilidad para disfrutarlo a casi cualquier hora del día.
Ricardo G.