Si un día se pudieran embotellar nuestros recuerdos de infancia se parecería tal vez mucho a este vino. Caramelos y piruleta; golosinas de melocotón y frutos secos; paseos de verano recogiendo moras y grosellas silvestres, y un final de caramelo de fresa y nata.
Ya se han cumplido 11 años desde que salió por primera vez a la venta este Rosado Fermentado en Barrica, y su popularidad no ha parado de crecer.
Posiblemente sea el vino de más baja producción de la bodega, pero es necesario buscar su perfección y carácter en cada añada. Quizás sea esta una de las razones por las que este 100% Garnacha se agota en menos de seis meses.
