Una de las características que definen a la Familia de Vinos de González Byass es que cuando adquieren una bodega los vinos mantienen las maneras de interpretarlo de siempre. La impronta que los impregna estriba en el compromiso de sostenibilidad y medioambiental, que todas las bodegas del grupo tienen que tener, y por supuesto una red comercial envidiable. Bodega Dominio de Fournier no es pues una excepción. Fundada en 1960 en el año 2019 pasa a formar parte de González Byass. Una asignatura pendiente en Ribera del Duero, que por fin se ha subsanado.
La bodega se ubica en un meandro del río Duero en los picos de Urbión. Un paraje rodeado arbóreo y abrazado por el río, donde a 820 metros de altitud sobre el nivel del mar y un clima de carácter continental con cambios bruscos de temperatura entre estaciones, y que, por su configuración geográfica, las 50 hectáreas de viñedo se ven beneficiadas por un microclima idóneo para el cultivo de la uva, donde hoy por hoy tan solo se desarrolla la variedad Tinta del País mayormente dispuestas en vaso.
Los racimos se vendimian y se recogen en pequeñas cajas. Una vez en bodega el proceso de vinificación se caracteriza fundamentalmente tras la fermentación alcohólica en donde los mejores vinos descansan durante cinco días en una maceración con nieve carbónica obteniendo vinos con taninos más dulces y aromáticos, con mayor color, cuerpo y complejidad. Exactamente, lo que se demanda en la actualidad por los consumidores nacionales e internacionales: los vinos se tienen que definir sin apenas intervención humana.
Bodegas Dominio de Fournier presenta en el mercado dos vinos significativos: Dominio de Fournier crianza y Reserva, pero conociendo las inquietudes de González Byass seguro que en un futuro inmediato surgirán nuevas propuestas.
Ricardo G.