En 1975, Bodegas Barbadillo lanzó al mercado el primer blanco del Marco de Jerez. Barbadillo Blanco Castillo de San Diego supuso un hito, un punto de inflexión de la región que hoy, 50 años después, sigue aportando debate y oportunidades de creatividad entre los elaboradores.
En su día, aquel primer blanco de suelos de albariza encontró fuerte oposición en la zona. Barbadillo decidió entonces no renunciar a un proyecto, que consideraba complementario a los vinos tradicionales y en poco tiempo, demostró lo importante que podía ser la apasionante apuesta por la vinificación de la Palomino Fino, uva tradicional del Marco, como vino tranquilo. Durante décadas, esta empresa defendió su proyecto consiguiendo alcanzar un enorme éxito comercial que continúa hoy.