Se trata de un amontillado y dos palos cortados a los que se les ha bautizado como Castillo Bota Única. Un descubrimiento inesperado en la histórica Bodega del Castillo; cuatro medias Botas, que han permanecidos olvidadas durante casi una década y que ahora, tras un meticuloso proceso enológico, se han embotellado.
La historia de estos tres vinos comienza con el traslado de los enseres que habían guardado en una antigua bodega, que en los próximos meses se convertirá en un hotel. Durante años, el espacio ha sido utilizado para diferentes fines temporales hasta que, en el proceso de desalojo, se descubrieron cuatro medias Botas, que contenían vinos con una historia y evolución especial.
“Cuando realizamos la cata en marzo del 2024, nos dimos cuenta de que cada vino había adquirido características extraordinarias y completamente diferenciales”, explica Armando Guerra, responsable global de Marca de la casa sanluqueña.