Lauren Rosillo, director técnico del grupo de bodegas de la familia Bujanda, reflexiona en voz alta sobre ciertas cuestiones que se le plantean acerca de la situación actual del vino en España, así como su evolución a lo largo de los años que afectan a su consumo.
“Precisamente por haberse convertido en una bebida social han rejuvenecido los patrones de consumo. Los jóvenes a partir de los 25-30 años son quienes representan especialmente esta actitud de ver el vino como una oportunidad relacionada con el ocio, con la cultura y con la sociabilidad”, apunta Rosillo frente al colectivo de los mayores de 50 años, que siguen figurando como el consumidor primordial del vino en España.
Esta afirmación acertada del director técnico es la que también hace que las bodegas cambien el rumbo en muchas de las acciones comerciales que se plantean. A modo de ejemplo baste afirmar como Rioja empieza a centrarse en coger en hueco dentro de los vinos blancos, Ribera del Duero apuesta por el retorno de una versión modernizada de los claretes o Rías Baixas apuesta por los espumosos de albariño, que sorprende incluso a ellos mismos por la buena acogida que están teniendo.
Sobre el consumo de blancos, tintos, rosados, espumosos… Lauren Rosillo constata que en España existe una preferencia por consumir vino tinto, debido según apostilla “a tradiciones heredadas como la influencia de Rioja o Ribera Duero, aunque en el extranjero se prefiere el vino blanco. La razón de esta diferencia se encuentra en que fuera de España se produce una mayor cantidad de vino blanco, que es más versátil que el tinto, más sencillo de beber y con más momentos para ser consumido”.
Curiosamente, dentro de nuestras fronteras, Rosillo asegura que también “está creciendo el consumo de vino blanco, aunque parece que se trata de una cuestión de estacionalidad, pues en invierno aquí en España suele apetecer más un tinto acompañado de una tapa caliente, mientras que en verano nos inclinamos por el blanco”.
Respecto a la típica idea de que los hombres beben más vino tinto y las mujeres más blanco, el enólogo asegura que está mucho más repartido de lo que la gente se cree. ¿Cómo se vislumbra el futuro del vino? Esa es una pregunta que todos los que giran alrededor de este mundo se plantean día a día. Para el enólogo la tendencia de la viticultura pasa por una elaboración de vinos más respetuosa con el medio ambiente, vinos menos tecnológicos, esto es, más artesanos en su elaboración y con el mínimo de aditivos posible. Es decir, ‘vinos más sanos’.
“No debemos detenernos. Hay que seguir ampliando nuestra presencia en el mercado internacional. Dar un paso más en el cuidado de la elaboración de los vinos y continuar acercando esta cultura a los jóvenes que están demostrando ser un público atento y versátil”, concluye Lauren Rosillo.
