El portfolio de Bodegas Riojanas es tan amplio, que al menos alguna de sus referencias es seguro, que satisfaga al consumidor más peculiar. Efectivamente en este amplio abanico de posibilidades hay un punto de convergencia en todos ellos y es la calidad y excelencia.
En esta ocasión hemos disfrutado de Monte Real Cuvée 2020. Coupage de Tempranillo y Graciano dos variedades eminentemente riojanas, que provienen de unos viñedos de más de 40 años de edad situados en el paraje “El Monte” en la Rioja Alta. Un vino intenso, persistente y rabiosamente gastronómico y si tuviéramos que encasillar su mejor consumidor apostaríamos por un público entendido, con inquietudes por la excelencia de un vino y por tanto exigente. Con ello encontraríamos la buena ecuación para entender sus cualidades. Eso si dejamos claro, que todo aficionado puede y debe disfrutar de una copa de Monte Real Cuvée 2020.
De color rojo picota limpia, su gama aromática es compleja y profunda. Se aprecian recuerdos de frutos rojos en especial arándanos y grosella, con apuntes de chocolate negro, tabaco y regaliz. Notas minerales surgen al final de su percepción en nariz, lo que certifica esa complejidad mencionada.
Monte Real Cuvée, tiene estructura con una entrada potente en boca. Refrescante y envolvente con un punto de acidez interesante lo que certifica su capacidad de guarda en donde los taninos pulidos seguirán evolucionando. Lástima de no poder disponer de alguna otra botella y certificar esa evolución a lo largo de los años venideros.
Es un vino eminentemente gastronómico, que pide carnes rojas como el gulah que tras la cata lo acompañamos, embutidos a la brasa como una buena morcilla de Burgos y chorizo picante de León, así como legumbres. (¡Qué bien podría venir con una fabada asturiana!).
Su precio ronda sobre los 14,50 euros lo que le hace muy asequible para compartir en un almuerzo con amigos, que sepan valorar lo que están disfrutando.
Ricardo G.