Ubicada en el interior del recien abierto Brach Madrid, la pastelería destaca por una estética retro y refinada, que conjuga la sencillez del diseño vintage con la sofisticación del arte repostero francés. Un ambiente que, cuidando hasta el último detalle, invita a sumergirse en una experiencia sensorial, donde cada elemento transporta a los comensales a un rincón de París, sin salir del centro de Madrid. Además, entre innumerables propuestas pasteleras, donde destacan tartas de fresa, de limón y merengue, París-Brest, èclairs y cremosos flanes, también hay cabida para un homenaje a los sabores locales: la almendra, la miel o el turrón juegan un papel imprescindible en la infinita carta de opciones que puede ser vista desde el escaparate a la Gran Vía nº 20 en pleno centro de Madrid. Un menú de opciones que varía según la temporada