D.O. MONTSANT, II PARTE: OROGRAFÍA, SUELO Y CLIMA QUE LA DEFINEN

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La personalidad de una comarca vitivinícola a la postre una denominación de origen se configura por varios aspectos: una historia, que la acredita y tradición cultural, su gente, la orografía, el suelo, clima y variedad/es de uva. Con estos seis elementos y sin condicionantes políticos que lo contaminen estaríamos englobando una región vinícola, que en muchos casos no coinciden necesariamente con una región administrativa.
La D.O. Montsant define perfectamente lo que podríamos reconocer como una comarca o región vitivinícola con unos parámetros que la hacen única y por tanto elaboradora de vinos singulares.

En este capítulo analizaremos brevemente su situación y paisaje, los suelos y la climatología del Montsant tres pilares básicos que inciden en las características diferenciadoras de sus vinos.

La orografía de la D.O. Montsant es variada, accidentada y abrupta en general, aunque se vuelve suave en algunas zonas, especialmente hacia el sur. Las viñas se encuentran entre los 50 metros sobre el nivel del mar en las zonas más bajas, y los 700 metros en las zonas más elevadas.

El territorio que se enmarca dentro de la D.O. Montsant está delimitado por un semicírculo de montañas, que la protegen y son portadoras de microclimas diversos confiriéndola una forma singular. Por la parte norte queda delimitada por la sierra del Montsant, protagonista de dar nombre a la D.O. Montsant, y la Llena. Hacia el levante, los límites lo marcan las sierras de la Argentera, la Mola del Colldejou y la sierra de Llaberia, la zona más cercana al mar. En la banda opuesta nos encontramos las sierras de la Filguerra y del Torno, y al sur el territorio se abre al río Ebro. Allí transcurren los ríos Siurana y Montsant, que junto con la riera de Capçanes, configuran las aguas que riegan la comarca.

Por todo esto, la D.O. Montsant, junto con otras instituciones, ha impulsado la candidatura Priorat-Montsant-Siurana, mosaico mediterráneo, que ya ha sido entregado a la UNESCO para que esta institución decida inscribir el paisaje de la comarca en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.

La D.O. Montsant alberga una diversidad de suelo amparado en gran medida por las características diversas de su orografía delimitada anteriormente. Así podríamos delimitar hasta seis tipos diferentes de suelo, que impregnan al vino de unos atributos bien diferentes en función de la composición de la tierra de la viña. Estos tipos de suelo son:
– Pizarra (Llicorella). Transmite al vino concentración en boca. Notas minerales. Buena acidez y profundidad. Hoy en día son una de las características que más demanda el consumidor de los vinos del Montsant.

– Granito. Vinos frescos, más ácidos y aromáticos.
– Arcilla. Estructurados, frescos, con buena densidad.
– Panal. Transmite muy bien los fenómenos metereológicos de la añada. Así en años secos, como los de los últimos años tienen color y estructura con un cierto fondo salino.
– Caliza. Vinos que en boca son ligeros, estructurados. Algo más salinos en el este y dulces, como finos en el oeste.
– Arcillo-calcáreo. Transmiten vinos de tacto dulce, glicéricos y cierto gusto salino.
La climatología de la D.O. Montsant viene marcada fundamentalmente por el perfil accidentado de su orografía, las influencias del río Ebro y los vientos del mar. Todo ello da lugar a infinidad de microclimas, que junto con el tipo de suelo cada parcela vitícola tiene unas características especiales. El efecto de las montañas, que protegen la zona de la influencia marítima se traduce en un contraste muy acusado entre las temperaturas diurnas y nocturnas en el momento de maduración de la uva. Un factor que ayuda a elevar el nivel de polifenoles para producir vinos más frescos, concentrados y aromáticos.

Ricardo G.

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